Preguntas y Respuestas

Preguntas y Respuestas

 

Antes de iniciar un proceso terapéutico es normal que surjan dudas y miedos sobre si acudir o no a un psicólogo, qué clase de psicólogo elegir, qué es una terapia, etc.

En internet existe numerosa información sobre la psicología que a veces, lejos de aclarar nuestras cuestiones, nos genera más incertidumbre.

En esta sección trataremos de dar respuesta a aquellas preguntas que con más frecuencia encontramos entre pacientes. No obstante, si tuvieses alguna otra duda ponte en contacto con nosotros y trataremos de responderte lo antes posible.

  • ¿Cuándo es positivo acudir a un psicólogo?

Cuando nuestro estado de ánimo es bajo, sentimos ansiedad, tenemos pensamientos negativos y reiterados, difíciles a veces de frenar, cuando un suceso del pasado lo rememoramos de forma negativa y no sabemos cómo manejarlo, cuando nos cuesta tomar decisiones, cuando tenemos demasiado miedo a ciertas situaciones, animales, cosas… Cuando sentimos que no nos valoramos a nosotros mismos, que tenemos una baja autoestima. Cuando sentimos ira intensa y somos incapaces de gestionarla, cuando nos hacemos daño a nosotros mismos e incluso a los demás, cuando tenemos comportamientos impulsivos, cuando el comportamiento de los otros no sabemos manejarlo… Ante problemas familiares, de pareja, laborales… E incluso cuando detectamos problemas en los demás y queremos ayudarles a solucionarlos, por ejemplo con nuestros hijos ante problemas escolares, de aprendizaje, miedos, estado de ánimo bajo, comportamientos inadecuados, rabia, cuando son negativistas, desafiantes, cuando no quieren comer, cuando no se valoran…

Frente a estas y otras situaciones es positivo acudir a un psicólogo y solicitar información acerca del tratamiento adecuado para solucionar dichos problemas.

En nuestro centro prestamos servicio ante diferentes problemáticas que puedes consultar en el apartado “terapias

Puedes continuar leyendo en nuestro artículo “¿Ir o no ir al psicólogo?

  • ¿Qué elijo, psicólogo o psiquiatra?

Un psicólogo clínico es un profesional de la salud con formación universitaria y especializada en los procesos cognitivos, emocionales y conductuales del ser humano.

Psicólogo y psiquiatra no son lo mismo, por lo que no trabajan de la misma manera.

            – El psiquiatra es médico con la especialidad en psiquiatría. Proporciona asistencia sanitaria y está capacitado para administrar fármacos siempre que el paciente lo necesite. No hace psicoterapia a no ser que sea psicólogo, pero si puede derivar a sus pacientes a un psicólogo.

             – El psicólogo no es médico, no administra fármacos aunque si puede informar al paciente de la necesidad de derivar a un psiquiatra si fuera requerida medicación. Las funciones del psicólogo son las de evaluar, diagnosticar, pronosticar y atender  a la persona que acude a terapia. Investiga el origen de los problemas, los factores que han alterado el funcionamiento del individuo y sus procesos mentales. Ayuda al paciente a utilizar sus propias herramientas para solucionar sus problemas y le enseña estrategias y pautas para resolver posibles conflictos personales. Guía al paciente en la consecución de objetivos, siendo el individuo el que finamente genera un cambio en su entorno.

  • ¿Qué hace un psicólogo clínico?

 El psicólogo no le dice al paciente lo que tiene que hacer, ni lo que está bien o mal. El psicólogo ayuda a la persona a descubrir que le bloquea, que le inhibe, que comportamientos le benefician, cuales pueden alterarle. Un psicólogo no tiene que imponer un criterio, asesora sobre pautas saludables, posibles tareas, comportamientos positivos.

Un psicólogo no juzga, acoge incondicionalmente a la persona, entendiendo la dificultad que un proceso de cambio conlleva. Un psicólogo es una persona con una visión objetiva. Recuerda: no es un padre, ni una madre, ni un amigo. Es una persona orientada a la relación de ayuda.

  • ¿Qué significa “hacer terapia”, acudir a psicoterapia?

Hacer terapia es caminar hacia unos objetivos, intentar cambiar patrones de pensamiento y conductas negativas para el individuo. Es “entrenarse” en pensar de forma adecuada y realista, beneficiosa para la persona y la realidad que le rodea. No se trata de ver el mundo de color de rosa, sino de aprender a pensar bien para lograr sentirse bien. La psicoterapia también es por sí sola una herramienta, para lograr procesar situaciones vividas, emociones que nos hacen sentirnos mal. Nos ayuda a “pasar página” para poder seguir “escribiendo” nuestra historia de vida, nuestra biografía.

Es un proceso de cambio y como todo proceso requiere dedicación, esfuerzo, paciencia y motivación. Las intervenciones son psicológicas, no físicas.

  • Si voy a terapia, ¿será porque estoy loco?

Cuando algunas personas dicen: “yo hago terapia”  muchas veces la gente que no ha tenido contacto con la psicología se siente confundida, incluso sienten rechazo debido a la connotación negativa que durante muchos años ha rodeado a la psicoterapia. Acudir a terapia no significa “estar loco”.

Afortunadamente el ser humano tiene la capacidad de modificar, eliminar y potenciar aquellos comportamientos que le generen malestar o por el contrario, que le hagan bien. Socialmente existe aún un estigma hacia el paciente que acude a terapia al que se le denomina “loco”. Es habitual escuchar frases como: “¿qué dices? ¿ir yo a un psicólogo?, ¡Ni que estuviera loco!” Cuando la realidad es bien distinta.

Ir al psicólogo es algo habitual, normalizado, y positivo en momentos concretos. Es darse a uno mismo la oportunidad de cambiar aquellas cosas que siente que no le dejan continuar, o que le generan malestar, tristeza, frustración…

  • ¿Qué problemáticas atiende un psicólogo?

Dependiendo de la especialidad del psicólogo éste tratará un tipo de problemáticas u otras. Seleccione un psicólogo que sea experto en su problemática. Pregúntele qué formación tiene y experiencia. Será la persona encargada de ayudarle y es importante que usted pueda manejar esa información y sepa con que profesional de la salud está.

                        – Etapa infantil y juvenil: las razones para acudir a terapia pueden ser variables. Desde problemas en el colegio como son malos resultados académicos derivados de diferentes factores, problemas en el estado de ánimo, dificultades en la retención de esfínteres, problemas de alimentación, de sueño, rabietas, malas conductas, inseguridades, falta de habilidades sociales, pérdida de un ser querido, separación de los padres, miedos, ansiedad, trastorno por déficit d atención e hiperactividad, adicción a nuevas tecnologías…

                         –Edad adulta: en esta etapa los problemas pueden ser similares a la infancia, entre otros: dificultad en el manejo de la ansiedad, tristeza, desesperación, falta de ganas de vivir, estrés postraumático, duelo, fobias, desempleo, problemas con los compañeros de trabajo, familiares, problemas sexuales, baja autoestima…

                         – Convivencia entre iguales (familia y pareja): a veces es recomendable acudir a un psicólogo que pueda ayudar a los miembros a relacionarse de una forma sana y adecuada, a mejorar la comunicación, a descubrir los patrones de conducta negativos, a potenciar sus cualidades positivas…

                         – Paternidad: Ser padre es una carrera “de fondo”, una aventura cargada de aprendizaje, momentos positivos, negativos y mucha, mucha paciencia. Hay padresque necesitan orientación sobre cómo manejar las conductas de sus hijos, sobre cómo ayudarles incluso en su proceso de terapia, cómo motivarles, reforzarles y prevenir posibles conductas de riesgo.

Puedes ampliar tu información en nuestra sección de “servicios/ tratamientos

  • ¿Cuánto dura un tratamiento?

La realidad es que no podemos estimar el número de sesiones que se llevan a cabo a lo largo de un tratamiento psicológico. Las diferencias individuales entre los seres humanos y los factores que le han llevado a padecer dicho problema son generalmente diferentes entre unos y otros. Además hay algunas variables que influyen poderosamente en el tratamiento; la motivación que presente la persona al cambio, el deseo de lograr sus objetivos, sus propias necesidades, los bloqueos que presente, sus miedos personales, el esfuerzo que interprete que va a llevarle, su implicación en terapia, la relación y alianza terapéutica que tengan psicólogo-paciente, el pronóstico según su tipo de problema

No obstante la terapia está enfocada a ser una psicoterapia breve. Una vez se logran los objetivos la terapia finaliza. No se trata de retener a la persona, ni de incapacitarla, ni de generarle dependencia, todo lo contrario. La idea es que sea capaz de, una vez logrados sus objetivos, continuar sola, enorgulleciéndose de sus logros personales y generando nuevos cambios vitales por sí misma.

Puedes leer más sobre ello en la sección “¿Cómo trabajamos?

  • ¿Cuál es la frecuencia de la terapia?

Dependerá del tipo de corriente psicológica que elijas y de si acudes a un centro privado o de la sanidad pública.

Si acudes a salud mental en dónde vives, normalmente las sesiones son una vez al mes durante unos 45 minutos aproximadamente.

Si acudes a un centro privado, generalmente en las primeras fases del tratamiento las sesiones son más frecuentes: una vez por semana. La duración recomendada en terapia individual es de, entre 50 minutos y una hora. Cuando es terapia de pareja o familia, en algunos casos la duración es mayor, siendo entre una hora y hora y media a la semana.

A medida que se avanza en el tratamiento las sesiones se espacian en el tiempo, acudiendo cada dos semanas cuando se entra en la fase de seguimiento, para posteriormente acudir a los tres meses y por último, es habitual tener una cita telefónica a los seis meses para comprobar que todo va bien y dar por finalizado el tratamiento.

  • ¿Cuál es el precio habitual de una sesión?

Eso dependerá del psicólogo al que acudas. Debido a la situación económica actual la realidad es que existen diferentes precios. Algo normal y esperable que puedes encontrar son precios desde 40 € hasta 120€ la sesión. Dependerá del tipo de terapia, de la ubicación del centro, de la formación y experiencia del psicólogo, de su repercusión en los medios de comunicación, de si es terapia individual, familiar, de pareja, de grupo. Generalmente la terapia familiar, de pareja y grupo es más cara por su dificultad, miembros y tiempo que requiere.

En algunos centros todas las terapias cuestan igual, desde la primera sesión, en otros la primera entrevista es más cara que el resto y en otros su precio se reduce.