MI RELACIÓN CON LA COMIDA ES COMPLICADA, ¿QUÉ PUEDO HACER ESTA NAVIDAD?

MI RELACIÓN CON LA COMIDA ES COMPLICADA, ¿QUÉ PUEDO HACER ESTA NAVIDAD?

La Navidad puede ser una época complicada para muchas personas. La carga emocional que implica, las múltiples reuniones con seres queridos y la añoranza de los que ya no están, puede hacer que la llegada de estas fechas no sea todo lo agradable que se desea.

En esta época, diferentes cuadros clínicos pueden verse afectados e, incluso, agravados. En esta ocasión, vamos a revisar cómo una persona con un trastorno de la conducta alimentaria (TCA) o, aunque no tenga un diagnóstico, cualquier persona cuya relación con la comida sea complicada, puede encontrarse en estas fechas, con la intención de acompañarle y ofrecerle pautas que le permitan gestionar mejor la Navidad y disfrutar de ella.

Como es esperable, el principal estresor para estas personas en esta época es la comida, y todo lo que ésta implica. En general, nuestras celebraciones siempre se concentran en torno a una comida en familia o con amigos y, en especial, esto mismo ocurre en Navidad.

¿Qué aspectos relacionados con la comida pueden alterar a estas personas?

Primero, la sobreexposición a la comida, tanto en los momentos de comida como fuera de ellos (por ejemplo, la típica bandeja navideña que vemos 24 horas al día desde el 1 de diciembre hasta el 8 de enero). Segundo, el cambio en la comida, en cantidad, en tipo, en sabor, en orden y en tiempo (por ejemplo, comidas calóricas o procesadas, número mayor de platos, o sobremesas eternas). Tercero, la exposición a personas diferentes, ya que en esta época tendemos a juntarnos con familiares lejanos, con amigos que vemos una vez al año, o con amigos de amigos, lo que saca a las personas de su entorno seguro. Cuarto, los mensajes potencialmente dañinos en cuanto a disfrutar de la comida en Navidad, pero sin descontrolar, para no arrepentirnos a la vuelta y tener que compensarlo (por ejemplo, los mensajes en redes sociales sobre cómo no engordar en Navidad, o los típicos comentarios familiares sobre lo mucho que se está comiendo y las dietas que se van a tener que hacer a la vuelta). Quinto, el ideal de alegría, placer y disfrute de la Navidad, al que estamos expuestos por todas partes, y que puede ser difícilmente alcanzable para estas personas, lo que puede agravar su malestar, por no cumplir con esas expectativas. Sexto, las dinámicas familiares, las cuales en muchos casos subyacen a los TCA, se reavivan en esta época, al pasar más tiempo en familia.

Todos estos aspectos, entre otros propios de cada caso en particular, pueden detonar una recaída, empeorar los síntomas o agravar el malestar emocional de la persona. Por ello, es importante saber cómo anticiparnos a que pase cualquiera de estas cosas.

¿Cómo podemos anticiparnos?

Fundamentalmente, atendiendo a las señales de alarma, como las siguientes:

  • Control o descontrol creciente sobre la cantidad, el tipo o el orden de las comidas.
  • Interés repentino en utilizar ropa más ancha de lo habitual.
  • Aumento de las visitas al baño durante las comidas.
  • Deseo de ayunar, restringir o cambiar los hábitos alimentarios, en este momento o tras la Navidad.
  • Incremento de la actividad física habitual.
  • Descenso del estado de ánimo con la llegada de la Navidad.
  • Desmotivación respecto a cualquier plan navideño.
  • Desinterés por los planes familiares o con amigos, o tendencia a estar más tiempo del habitual a solas.

Esto es importante tanto para la persona, quien puede avisar a su familiares de que esto está ocurriendo, como para sus familiares, quienes pueden estar alerta y detectarlo a tiempo.

¿Qué pautas puede seguir la familia para hacer que la Navidad sea más agradable para esta persona?

Acéptale. Lo primero y más importante es aceptar que es una fecha difícil. ¿Qué implica aceptarlo? Comprenderlo y no querer cambiarlo, lo que te permitirá llevar a cabo las siguientes pautas desde el amor, y no desde la obligación. Es natural que te cueste ver que esa persona sufre, o que no disfruta de una actividad o de un momento, pero necesita ver que lo respetas para, después, ayudarle en la medida de tus posibilidades.

Celebra la Navidad, no la comida. Según se acerquen los días festivos, es probable que la ansiedad por las comidas se dispare. Por ello, resulta útil cambiar el foco, hacer que el foco sea la Navidad, no la comida. ¿Cómo? Con todos los planes navideños, más allá de las comidas, que podemos hacer: decorar la casa, comprar o diseñar adornos, salir a ver mercadillos navideños, salir a ver las luces, salir a ver belenes, estar en familia (películas, juegos de mesa, cine, bolera) o mandar juntos las felicitaciones navideñas a la familia.

Normaliza la situación. Puede ocurrir que, en un intento de proteger a ese familiar o amigo para el que esta época no es agradable, se enrarezca la situación y se haga aún más difícil. Esto puede ocurrir, sobre todo, cuando el diagnóstico (o el conocimiento de éste por los seres queridos) es reciente. Es fundamental encontrar el equilibro entre celebrar la Navidad y hacer sentirse cómoda a la persona.

Evita comentarios desafortunados. Este es un aspecto realmente sensible en esta época, puesto que nos juntamos con personas a las que no vemos regularmente, lo que puede propiciar comentarios desafortunados, especialmente sobre el cuerpo y los hábitos alimentarios de la persona. Sin necesidad de comunicar el diagnóstico a nadie que la persona no desee, es importante que ayudes a la persona a cortar y relativizar estos comentarios.

Organiza las comidas. De modo que cumplan tanto con la celebración como con las necesidades de la persona. No es adecuado distinguir a la persona haciendo algo específico para ella, pero sí es importante que mantenga sus hábitos, dentro del descontrol de las fiestas. Algunos tips fundamentales son: facilitar que la persona pueda servirse su comida en el plato (o un familiar de confianza), ya que la tendencia suele ser tener muchos platos y picotear; asegurar que la persona haga todas sus comidas, independientemente de la comida o cena de Navidad; y evitar que haya comida a la vista todo el tiempo (por ejemplo, las típicas bandejas de dulces navideños)..

Retira los platos de la mesa cuando se haya terminado de comer, en lugar de comenzar la sobremesa, de modo que la exposición a la comida sea menor.

Ayúdale a buscar actividades diferentes a hacer sobremesa, para alejarse del momento de la comida. Por ejemplo, jugar a juegos de mesa, pasear, ver una película en familia, escuchar música y bailar.

¿Qué pautas puede seguir la persona para disfrutar más de la Navidad?

Intenta relajarte en los momentos previos a las comidas. Es importante que llegues a las comidas lo más tranquilo/a posible. Las opciones para conseguir esto pueden ir desde técnicas de relajación, hasta actividades compartidas que recuerden el motivo de esa celebración (compartir, estar en familia, despedir el año, motivos religiosos o recordar a los que ya no están.).

Gestiona los pensamientos negativos que puedan surgir, en relación a la cantidad, la comparación con otros platos, lo que están comiendo los demás o lo que pueden pensar de tu plato.

Mantén tu cabeza “fría” durante la comida, para lo que puede serte útil practicar, dentro de lo posible, la alimentación consciente, tratar de integrarte en las conversaciones de la mesa, o poner música, por ejemplo.

Pactar una señal con un ser querido, de modo que sea posible avisarle sutilmente en caso de necesitar alejarte de la mesa con alguien de confianza que pueda ofrecerte apoyo (por ejemplo, si sientes malestar, si algún tema de conversación te está afectando o si simplemente necesitas alejarte para gestionar algún pensamiento).

Lávate los dientes cuando haya terminado de comer e, incluso, si lo necesitas, aléjate un ratito de la mesa en lo que terminan de recoger.

Busca actividades diferentes a hacer sobremesa. Por ejemplo, jugar a juegos de mesa, pasear, ver una película en familia, escuchar música y bailar.

Esperamos que estas pautas puedan ayudarte a sobrellevar estas fechas. Si crees que no tienes el control de la situación y sientes que necesitas ayuda, no dudes en pedirla.

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