EL PODER DE LA PRESENCIA EN LA INFANCIA

EL PODER DE LA PRESENCIA EN LA INFANCIA

Sin duda, hoy en día, la labor de la crianza es uno de los trabajos más difíciles del mundo, no hay un modelo o una respuesta igual para cada niño o niña. Tampoco existe una forma de criar perfecta, además tenemos que tener en cuenta que el ritmo y las exigencias del día a día, así como la falta de tribu, no nos lo ponen nada fácil.

Cuando hablamos de presencia, nos referimos a ser padres que participen activamente, estando involucrados en la crianza y cuidado de sus hijos. Esto implica, por un lado, que se esté físicamente, pero sobre todo presentes emocionalmente en la vida diaria de los niños, siendo conscientes de sus actividades, necesidades y desarrollo.

No nos referimos en ningún caso, a pasar el 100x 100 del tiempo con nuestros hijos, eso es totalmente inviable, pero si a que el tiempo que pasemos con ellos, sea tiempo óptimo, tiempo de calidad, estando centrados en la interacción que establezcamos con ellos.

Para realmente estar presentes, según nos explica el conocido psicólogo experto en neurociencia y crianza infantil, Daniel Siegel, debemos cumplir cuatro condiciones, nuestros hijos e hijas, deben sentirse:

1.- Seguros: El niño siente que su persona de referencia estará ahí de manera incondicional, velando por su seguridad, tanto física como emocional, se siente a salvo, no desconfía, y puede dedicarse a experimentar y explorar el mundo. Cuidado aquí con caer en la sobreprotección. Hemos de ir detectando el tipo de apoyo que nuestros hijos necesitan en un momento dado, en función de las situaciones que estén viviendo.

2.- Vistos: Consiste en que sientan que son importantes, y que se les presta atención, tal y como son. Hemos de conectar con su estado emocional, entender su vida y lógica privada (ver las causas que subyacen a sus conductas, intentar no quedarnos sólo con lo obvio), y responder de manera contingente a lo que puedan necesitar. En definitiva, les vemos realmente como son, y no en lo que nos gustaría que se convirtiesen. Es importante tener en cuenta, que es imposible “ver” a nuestros hijos, si no creamos espacios para conectar y les observamos sin prisa.

3.- Consolados: Tienen constancia de que no van a estar solos en los malos momentos, que tendrán apoyo en las situaciones difíciles. Hemos de recordar que los niños tienen pocos recursos para autorregularse, necesitan de nuestra ayuda, el tener a alguien con quien contar. Esto les genera una sensación de confianza, reduciendo la angustia y fomentando la resiliencia.

4.- A salvo: Al darse las tres condiciones anteriores, es más fácil que se sientan a salvo, o que se sienten a gusto en el mundo. Se trata de hacerles sentir como personas valiosas, ayudándoles a generar recursos para poder autorregular sus emociones, ser flexibles y capacidad de adaptación, empatía, etc.

 

 

Cuando los padres están presentes de manera significativa, los niños se benefician de ello, en múltiples aspectos de su desarrollo, como por ejemplo en:

  • Mayor vínculo emocional: Se crea un fuerte vínculo emocional con los hijos, se sienten amados, seguros y apoyados cuando sus padres están presentes y disponibles para ellos. Esto les brinda una base sólida para desarrollar relaciones saludables en el futuro.

 

  • Autoestima: La presencia de los padres influye también en la autoestima de los hijos. Cuando los padres están presentes, escuchan a sus hijos, los animan y los apoyan en sus logros, los niños se sienten valiosos y desarrollan una mayor sensación de confianza en sí mismos.

 

  • Desarrollo cognitivo y emocional: Los padres presentes juegan un papel crucial en el desarrollo cognitivo y emocional de sus hijos. Interactuar con ellos, hablarles, leerles y jugar con ellos estimula sin duda su desarrollo cerebral y emocional. Los niños aprenden habilidades sociales, emocionales y cognitivas importantes a través de la interacción con sus padres.

 

  • Modelado de comportamiento: Los padres son modelos de referencia a seguir para sus hijos. Cuando los padres están presentes, pueden enseñar a sus hijos valores, habilidades y comportamientos relevantes. Los niños aprenden principalmente imitando a sus padres, por lo que la presencia de los padres es fundamental para transmitirles principios éticos, respeto, empatía y otras cualidades importantes.

 

  • Apoyo en momentos difíciles: La presencia de los padres es especialmente importante durante los momentos difíciles o estresantes en la vida de los niños. Cuando los padres están presentes, los niños se sienten respaldados y apoyados. La presencia de los padres en sí misma, les ayuda a manejar el estrés, a superar obstáculos y a desarrollar mayor capacidad de resiliencia.

 

Además, el resultado de contar con al menos una figura que esté presente para el niño de manera más o menos sistemática, hará que se desarrolle y tome decisiones desde una base segura, fomentando un sentido de la confianza y un modelo mental para sentirse a salvo. Los padres que centran su atención en la experiencia interior de sus hijos e hijas, dan sentido y responden respetuosamente. La presencia, por tanto, no es un objetivo en sí mismo, sino un importante medio para lograr ofrecer el gran regalo del apego seguro.

Todo lo descrito hasta aquí, resulta fácil de comprender, pero puede ser complicado de llevar a la práctica, ya que muchas veces como padres, puede que no tuviéramos la mejor de las infancias, cargando en ocasiones con conflictos y heridas emocionales, pero esto no es determinante, aun así, podemos elegir proporcionar unos cimientos estables y afectuosos a nuestros hijos. Hemos de reflexionar acerca de nuestro propio tipo de apego, entrar en nuestra historia y llegar a realizar una narrativa coherente de lo que ocurrió, ello, nos permitirá elegir dar a nuestros hijos un apego seguro.

Es posible que todo lo comentado, parezca difícil, pero sólo se trata de que estemos atentos, descifrando oportunidades de estar presentes en la vida de nuestros hijos.

En resumen, el poder de la presencia de los padres, radica en su capacidad para brindar amor, apoyo, guía y modelado de comportamiento para sus hijos, experimentando ante esto los niños, un desarrollo saludable en todos los aspectos de su vida. Además, tener padres presentes promueve una relación más cercana y afectuosa entre padres e hijos, lo que contribuye a un ambiente familiar positivo y saludable.

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