En el artículo anterior “Cómo sentirme seguro de mí mismo. (LOS PENSAMIENTOS)” pudimos comenzar a descubrir de qué manera una persona es capaz de comenzar a ganar seguridad en uno mismo.
La autoestima, la seguridad, la confianza, la manera de interpretar nuestra vida, nuestras experiencias y la forma en la que le damos significado a las cosas van ligadas de la mano como pudimos ver.
Hoy te hablaré de otro aspecto fundamental para que consigas sentirte más seguro.
ENFRENTARTE A TUS MIEDOS
Todas las personas sentimos miedo. No hay un solo ser humano que no pueda llegar a sentir miedo ante determinadas situaciones. Es cierto que a veces escuchas a personas que te dicen: “que va, yo no tengo miedo a nada”. Bueno, quizá en ese determinado momento no identifica a qué puede temer pero nadie se escapa de sentir esa emoción.
¿Qué es el miedo?
El miedo es una emoción, un sentimiento, algo que experimentamos ante situaciones potencialmente peligrosas. El miedo nos avisa de la presencia de un peligro y aparece para generarnos una respuesta de huida, escape o lucha. Necesitamos liberarnos de lo que nos supone una amenaza y para ello aparece el miedo, para indicarnos que debemos actuar ante algo que nos puede dañar. Nos sirve para protegernos, proteger nuestra vida, nuestra integridad o incluso la de los demás.
Piensa en la fiebre por un momento. La fiebre en sí no es un problema. Es cierto que es un aumento de la temperatura muy por encima de lo normal pero la fiebre es como una señal de alarma. Te avisa de que algo no va bien en tu organismo. Es posible que haya un virus poniéndote en peligro, bacterias o algún problema que requiera de tu atención. La fiebre es la señal de que debes cuidar tu cuerpo porque si no posiblemente esté corriendo peligro tu vida.
El miedo es como la fiebre. El miedo NO ES PELIGROSO, NO ES UN PROBLEMA. El miedo es la señal de alarma de que debes hacer algo, actuar para estar bien.
Sentir miedo es fundamental para que podamos sobrevivir, para escapar de los peligros y conseguir nuestro objetivo: estar a salvo.
El miedo puede ser racional o irracional. Es decir, podemos sentir miedo ante situaciones que realmente conforman un peligro (alguien intenta hacernos daño, un animal potencialmente peligroso me ataca, observo un peligro en otra persona…) o ante situaciones que, o bien no nos ponen en peligro pero nosotros interpretamos que sí de manera equivocada, o que ni siquiera han sucedido pero nosotros ya estamos anticipando que algo malo va a suceder. Este último es un miedo muy sutil, que generalmente se convierte en una preocupación constante que genera la sensación de que algo muy malo va a suceder produciendo generalmente lo que conocemos como ANSIEDAD. La ansiedad es un miedo anticipatorio. No es realista ya que fantaseamos con el futuro y con los acontecimientos. Anticipamos negativamente y eso nos puede llevar a estados de incluso pánico.
El miedo, la seguridad en uno mismo y conseguir objetivos
Ya sabes que el miedo es natural, que lo vas a experimentar en muchos momentos de tu vida y que de alguna manera es casi inevitable que a veces sea irracional, es decir, todos en determinadas situaciones anticipamos el peligro, nos ponemos en lo peor y tenemos pensamientos negativos, ES NORMAL, forma parte de nuestra naturaleza humana.
El problema surge cuando ese miedo nos bloquea, no nos permite que avancemos, que consigamos nuestros objetivos.
En estos casos es muy posible que el miedo dañe la seguridad en uno mismo, haga que no confiemos en nosotros, que no actuemos, que no logremos nuestros objetivos.
En realidad la razón de no lograrlo no es el miedo, recuerda lo que vimos en el artículo Cómo sentirme seguro de mí mismo. (LOS PENSAMIENTOS). Son los pensamientos que nos generan unas emociones u otras y debemos comenzar a generar pensamientos adecuados que nos ayuden a superar las situaciones difíciles. Mis pensamientos me llevarán a sentir determinadas emociones y finalmente actuaré en base a dichas emociones.
Por lo tanto, si ante una situación que me da miedo me digo a mi mismo: “no voy a ser capaz, es demasiado para mí, no lo lograré, es demasiado peligroso”, es esperable que me sienta inseguro y con miedo ante lo que pueda suceder y NO ACTÚE.
Si sientes que el miedo te paraliza, que impide que logres tus objetivos quizá es momento de pedir ayuda.
Las personas que se enfrentan a sus miedos son personas más seguras de sí mismas, con mayor autoestima y más cerca del éxito.
En el próximo artículo hablaremos más sobre cómo vencer el miedo y “cómo conseguir tus objetivos: asumir retos”