
Un sueño que creció conmigo:
El origen de En Madrid Psicólogos
Siempre me ha fascinado el mundo interior de las personas. Desde pequeña, me quedaba embobada observando a la gente, preguntándome qué estarían sintiendo, qué historias llevarían dentro, qué pensamientos les acompañaban en silencio. Me encantaba escuchar a mis amigas, tratar de comprenderlas más allá de sus palabras. Y así, casi sin darme cuenta, nació en mí el deseo de ser psicóloga.
En 2002, comencé la carrera de Psicología en la Universidad Pontificia de Comillas, donde no solo adquirí una sólida base en terapia humanista y cognitivo-conductual, sino que también descubrí algo que marcó mi forma de entender la profesión: la psicología no es una única corriente ni una serie de pautas predefinidas. Es un camino de exploración que se recorre junto a cada persona, adaptando el enfoque y la mirada a sus necesidades, su historia y su forma de ser.
Desde el principio tuve claro que quería dedicarme a la terapia individual, sentarme uno a uno con cada persona y ofrecerle un espacio de confianza y respeto donde pudiera abrirse sin miedo. Sabía que para hacerlo bien necesitaba seguir formándome, así que después de la carrera hice un máster y varias especializaciones.
Mis primeros pasos profesionales fueron en el ámbito infantil, trabajando con niños y descubriendo la importancia de acompañarles desde una edad temprana. Siempre he creído que atender la infancia es una forma de construir bienestar para el futuro, porque muchas de las dificultades que encontramos en la vida adulta tienen su origen en las primeras experiencias. De hecho, recuerdo que en una entrevista en la universidad me preguntaron por qué quería ser psicóloga y respondí, sin dudarlo, que quería ayudar a los niños para que, de adultos, no tuvieran que sufrir tanto.
Con el tiempo, mi camino me llevó a trabajar con adultos, y con ello nació en mí un nuevo sueño: crear un lugar donde las personas pudieran sentirse seguras, comprendidas y acompañadas. No imaginaba algo grande ni impersonal, sino un espacio acogedor, casi como un hogar, donde quien entrara sintiera que podía reconstruirse desde dentro.
Nuestros
VALORES


Cercanía y empatía
- Creemos en la importancia de generar un ambiente en el que puedas sentirte libre para expresarte sin miedo al juicio, donde cada emoción tenga su espacio y cada palabra sea escuchada con respeto.
Acompañamiento personalizado
- No existen soluciones universales ni respuestas predefinidas. Cada persona es única, y su proceso terapéutico también lo es. Adaptamos nuestras metodologías a cada caso, asegurándonos de que la intervención sea significativa y efectiva.
Rigor y actualización constante
- Nos comprometemos a aplicar enfoques basados en la evidencia científica, combinando técnicas actualizadas con una mirada humana y comprensiva.
Trabajo profundo y duradero
- No nos limitamos a aliviar síntomas, sino que buscamos comprender el origen de las dificultades para generar cambios sólidos y sostenibles en el tiempo.