DEJAR DE SEGUIR A ALGUIEN EN REDES SOCIALES: UN ACTO DE AUTOCUIDADO

DEJAR DE SEGUIR A ALGUIEN EN REDES SOCIALES: UN ACTO DE AUTOCUIDADO

Normalicemos dejar de seguir a alguien en Instagram: poner límites también en lo digital.

Vivimos en una era donde lo digital se ha entrelazado con lo emocional, donde seguir o no seguir a alguien en redes sociales puede interpretarse como un gesto cargado de significado. “¿Está mal dejar de seguir a alguien?”, “¿Y si se ofende?”, “¿Pensará que le tengo manía?”. Estas son preguntas que muchas personas se hacen antes de tocar el botón de “dejar de seguir”. Lo curioso es que, aunque parezca una decisión menor, lleva detrás una carga emocional que habla de nuestra forma de relacionarnos, de nuestros límites y de cómo priorizamos (o no) nuestro bienestar emocional.

Las redes sociales se han convertido en un espacio donde estamos constantemente expuestos a la vida de los demás: sus logros, sus cuerpos, sus relaciones, sus momentos de felicidad. Y aunque racionalmente sabemos que eso que vemos es una versión editada y seleccionada de la realidad, emocionalmente no siempre lo vivimos así. Nos comparamos, nos cuestionamos, nos sentimos menos. A veces de forma sutil. Otras, de manera muy intensa.

Dejar de seguir a alguien no debería vivirse como una falta de respeto ni como un rechazo. Es, ante todo, una forma de autocuidado. Del mismo modo que en la vida real elegimos qué relaciones cultivamos y con quién pasamos nuestro tiempo, en lo digital también podemos y debemos decidir a qué contenido queremos exponernos. Y no, no es egoísta. Es saludable.

Quizá esa cuenta que antes te inspiraba, ahora te genera ansiedad. Quizá esa persona con la que ya no tienes vínculo, ahora representa un capítulo que estás intentando cerrar. O simplemente, quizá has cambiado tú, y lo que consumes en redes ya no encaja con tu proceso actual. Y eso está bien. Crecer también es redefinir límites, incluso en lo virtual.

Sin embargo, muchas veces nos cuesta tomar esa decisión porque tememos la reacción del otro. Porque estamos tan acostumbrados a poner lo social por delante del bienestar propio, que olvidamos que la primera persona a la que debemos cuidar es a nosotros mismos. Y aquí es donde aparece un punto clave: no todo lo que otra persona hace tiene que ver contigo. Si alguien te deja de seguir, no es necesariamente porque hayas hecho algo mal, sino porque está gestionando sus propias emociones, necesidades o límites. Y tú también tienes ese derecho.

Desde la psicología, hablamos mucho del concepto de “limites sanos”. Y es fundamental entender que poner límites no es sinónimo de ser frío o egoísta. Es una manera de proteger nuestra energía, nuestra autoestima y nuestro equilibrio emocional. Las redes sociales, por más intangibles que parezcan, también tienen impacto en nuestra salud mental. Y por eso, tener una actitud crítica y consciente sobre lo que consumimos es parte del autocuidado.

No se trata de ir por la vida cortando vínculos o evitando todo lo que nos incomoda. Se trata de discernir: ¿esto que veo me aporta o me resta?, ¿esto me inspira o me desgasta?, ¿me acerca a mí o me aleja? Y si la respuesta es que no te hace bien, entonces tienes todo el derecho a elegir no verlo más.

No estás obligada/o a seguir a nadie. Ni por compromiso, ni por historia compartida, ni por miedo al qué dirán. Seguir a alguien en redes sociales no debería ser un acto automático ni cargado de culpa, sino una elección consciente.

La próxima vez que te encuentres dudando sobre si dejar de seguir a alguien, recuerda que no se trata de un juicio hacia esa persona, sino de un gesto de respeto hacia ti mismo/a.

Tip terapéutico: Haz una revisión consciente de las cuentas que sigues. Pregúntate: ¿Cómo me siento después de ver este contenido? ¿Me suma o me resta? Haz una limpieza digital, como quien ordena su casa: deshazte de lo que no te nutre emocionalmente. Es una forma sencilla pero poderosa de recuperar el control sobre tu bienestar.

Y tú, ¿crees que hemos normalizado tanto el estar conectados, que hemos olvidado el derecho a desconectar?

Deja una respuesta